Abajo de mi cama hay mil monstruos que conviven, a veces los escucho pelear.
El espacio es reducido y siempre me pregunto si realmente no tienen calor, a veces apunto el ventilador hacia abajo de mi cama.
Una noche me asomé para escuchar lo que decían: Una madre le juraba a su hijito que no había humanos arriba de la cama.
miércoles, 11 de enero de 2012
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