miércoles, 12 de agosto de 2009

Juega, después de todo,
que tu alma es un colibrí...
y duerme cuando la luna,
se hunde bajo tus pies...
en tanto que la brisa así,
mueve mis cosas...
y la feroz ciudad,
no da para más...
durante los diluvios de,
nuestra piel expuesta,
yo sé de tu mirada de ángel;
del adiós
y del día...
día que tardó en salir...

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