viernes, 28 de noviembre de 2008

llora que llora que llorará

Creo que uno llora por tristeza real cuando antes de llorar no puede hablar, la garganta duele y miles de razones para estar mal pasan volando por la cabeza. Ahí, cuando los labios se inclinan hacia abajo sin querer, y las lágrimas caen en silencio, la tristeza se escapa por los ojos.

3 comentarios:

Toto dijo...

hace mucho que no paso... quisiera dejarte algo bien trascendente, pero me acuerdo que te debo una carta, la cual va a tener dicho contenido importantito.
ahora procedo a hacer una declaración que me invadió la cabeza hace una semana y no se va:
tu imagen se introduce hasta en los pensamientos que no tienen nada que ver con vos, 2 tercios del día tienen que ver con vos y como que mucha parte de mi vida se mueve así. y me da la sesación de que... bueno, che, es una firma de blog. te debo la carta, te amo más que mucho, más que a todos, mas que todos. posesivamente, te amo.

Anónimo dijo...

muy real,
totalmente cierto

pequeña criatura, se que te molesta que te digan pequeña, pero como dicen lo mejor viene en envace chiquito (creo que es asi, sino sabé perdonar) devo confesar, que mi amor por vos aunmentó y aunmenta dia a dia, hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo, y francamente no se si alcance, por que aveces sieto que tengo que amarte mas, que te mereces mas, y aveces siento que te atosigo mucho y empieso a tratar de amarte menos, pero se me vuelve algo imoposible. no se me puse (como dicen ustedes)melancogay.
y nada, nos vemos hermosi

lel

Toto dijo...

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.